Saludos les sean dados, nobles semejantes. Quisiera yo con aqueste escrito mentar los atributos e bien dotados rasgos desta la gran ave de las vastas llanuras de la meseta castellana de la nuestra nación, e arriésgome yo para tan arduos menesteres a desenpolvar las ancestrales hablas de la nuestra patria, sin conoscer siquiera los pormenores de la mi lengua propia, si vuesas mercedes me conceden la licencia.
No alcanzo a recordar qué tan desmedido hechizo hame encantado a mí para envolverme en semejante insania, mas aléjome yo algunas leguas de la villa que viome nacer, allá a las esas tierras perdidas de la mano de Dios do el venerado Mesías descuidó el su encendedor, cual tropel ansioso de mercarme codiciado retrato de esa la que los sabios servidores de la cofradía científica dicen "Otis tarda".
Barrúntome yo que acaecerá grande aventura en aqueste pago, e anteriormente al despunte del alba heme ya cautivo en el mi escondite cual demandan las normas e criterios del gremio de los correctos naturalistas consumados. Mas no me acongojo yo, e a poco de emprender la mi acechanza, aun bajo las estrellas, al fin vedo viril bravucón de alto porte e distinguida estampa procurando a la su fina pretendiente sin desaliño e con harto descaro e osadía. Mas yo, el valiente fidalgo en ese arte a razón de rondar e retratar a los hijos de la nuestra tierra, no faltaré a la observancia de tan píos dogmas. Muéstranme con harta frecuencia e hasta tardía hora las avutardas de la tierra que dicen de "La Serena" sus airosas plumas de galán conquistador, mas por ventura mis atónitas pupilas no pueden dar crédito a semejante exhibición que aquestas aves preséntanme a treinta varas escasas de mi puesto.
El Astro Rey ha poco que oculta su luminoso rostro e asimesmo llega ineludible el final d´aquesta una de las más faustas gestas que jamás topara, e tras mantener luengo acecho debo emprender cautelosa retirada destos abiertos lares cual fantasma que nunca estuvo sumido en aqueste menester e tornar a la mi humilde morada cuyo usufructo disfruto. E para que vuesas mercedes tengan conoscimiento de la mi andanza por aquestas tierras rasas, solo resta obsequiaros con gentil presente para el deleite e regocijo de los vuestros ojos. Cosa hermosa e singular, vive Dios.
Quedad en buena hora, leales hermanos.