Si hablamos de atún rojo igual se te hace la boca agua, pero ¿sabías que esta especie sufre un ritmo de pesca insostenible?
Es un pescado muy preciado en la cocina de todos los países del mundo, por su valor nutritivo y por su exquisito sabor. Durante milenios se ha realizado la pesca de esta especie, muestra de ello son las ruinas de la ciudad romana Baelo Claudia en la provincia de Cádiz, lo que nos hace una idea de la importancia que el atún tenía para el imperio romano.
Pero como ha ocurrido con otras especies, el atún rojo (Thunnus thynnus) ha sufrido una sobreexplotación a la que no ha sido capaz de sobreponerse, sobre todo en las últimas décadas: los métodos de captura cada vez son más efectivos y no se respetan los ciclos biológicos, por lo que si seguimos este ritmo de captura, pronto dejaremos de tener atunes rojos en nuestros mares y nuestra dieta se verá empobrecida.
WWf ha pedido su inclusión en el Anexo I de CITES, lo que implicaría la prohibíción de su comercio internacional, que es la causa de su agotamiento.
En la modalidad de pesca deportiva, se ha prohibido la venta de atún rojo. Los ejemplares capturados deben ser soltados de nuevo al mar.
Llegado este punto, se hace necesario poner en marcha un plan de recuperación de la especie: conceder un tiempo para que los individuos se puedan reproducir sin realizar capturas, evitar las pesca ilegal y dejar de consumir atún rojo, hasta que la especie vuelva a tener una población considerable y con garantías suficientes para volver a consumir este pescado.
¡Ahora o nunca!
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