sábado, 29 de septiembre de 2012

el enigma de los cipreses


Esta imagen, originada tras el incendio que este verano arrasó el municipio de Andilla (Valencia), se ha convertido en el punto de mira de muchos científicos de diversos países.
Es una imagen peculiar: una superficie de árboles verdes rodeada de una gran extensión ennegrecida por el fuego.

¿qué es esa zona verde?

Se trata de una parcela experimental en la que hace más de 20 años se plantaron cerca de 1.000 cipreses dentro del proyecto europeo CypFire, para probar la tolerancia de estos árboles a las heladas, la sequía, la producción de madera y polen y su resistencia a los incendios forestales.

La zona calcinada estaba compuesta por bosque mediterráneo formado por pinos, encinas, enebros, sabinas,... En cambio, los cipreses han permanecido intactos, algunos sólo se han deshidratado sin llegar a quemarse.

¿qué supone este comportamiento de los cipreses?

El debate está abierto, el ciprés se ha convertido en un nuevo objeto de estudio como posible aliado en la lucha contra el fuego en nuestros bosques, pero aún no se sabe muy bien qué es lo que ha ocurrido. Se sabe que los cipreses están adaptados a climas mediterráneos, que aprovechan muy bien el agua y que son menos inflamables y combustibles que otras especies, pero ¿cómo es posible que no hayan ardido cuando los alrededores han quedado arrasados por el fuego?


¿qué sabemos de los cipreses?

Pertenecen al género Cupressus, familia de las cupresáceas y existen varias especies. Son árboles muy longevos, pueden llegar a vivir más de 500 años y alcanzar una elevada altura. Y en nuestra cultura, los cipreses están vinculados a los cementerios.


Un poco de mitología...

Tanto en la mitología griega como romana, el ciprés estaba consagrado a los dioses de los infiernos, Hades y Plutón respectivamente.  

El nombre de ciprés puede deberse a la mitología griega: 
Según el mito, Apolo regaló a Cipariso una jabalina para cazar, pero por error el muchacho mató a su ciervo domesticado, un hermoso animal con astas de oro y guirnaldas de piedras preciosas. Tanto fue su duelo y dolor que pidió al dios Apolo que le permitiera llorarlo para siempre. El dios aceptó su súplica y lo convirtió en ciprés, árbol relacionado con el duelo y el dolor por los seres queridos.

                                                           Cipariso, óleo de Jacopo Vignali.
  
Reflexión final...

Este experimento abre la posibilidad de utilizar los cipreses como barreras naturales frente al fuego, por ejemplo en los alrededores de viviendas, granjas o carreteras, pero plantar cipreses en bosques mediterráneos supone introducir una especie no autóctona, que como ya sabemos tiene consecuencias. La hojarasca de los cipreses acidifica el suelo, lo que puede suponer un impedimento para que otras especies puedan desarrollarse.

Habrá que realizar una investigación más profunda sobre esta cuestión, estudiar los pros y los contras, pero no podemos olvidar que la mejor manera de proteger nuestros bosques es la prevención de incendios, y en el caso de que se produzcan, actuar con rapidez y eficacia para evitar el desastre.