domingo, 30 de diciembre de 2012

y en 2013...

Desde este blog quiero agraceder a todas aquellas personas que alguna vez han participando en él, el nuevo año seguiremos con nuestra labor de divulgación ambiental en favor de la biodiversidad.

Recordad que podeis seguir nuestros contenidos y mucho más a través de la página en facebook y en twitter @Lincesa_rg.

Para el 2013 os deseo mucha salud y mucha felicidad. Y que veamos muchos linces por nuestros espacios naturales.





domingo, 23 de diciembre de 2012

la reina del río



Desde tiempos ancestrales, siempre hemos visto la conducta de los animales desde un punto de vista quizá demasiado humano, antropocentrando su comportamiento en base a unos parámetros que no suelen salirse demasiado de los de nuestra propia especie. Esta manera de ver las cosas nos lleva a pensar, por ejemplo, que el guepardo mata a su presa en medio segundo rompiendo su columna cervical porque posee un alto grado de compasión que lo lleva a ejecutar a sus víctimas en un tiempo breve, que la hembra de culebra de herradura es la más fría de todas las madres porque abandona sus huevos nada más concluir la puesta, o que el joven pollo de rapaz diurna es de una cainista crueldad porque mata a su hermano menor más débil mientras su madre campea fuera del nido en busca de alimento.

Mucho se ha hablado ya sobre los imperativos que se encargan de escribir el guión del comportamiento de los animales, y a pesar de ello pocos mortales urbanos suelen tener en cuenta que la mayoría de los representantes de este reino basan su conducta en en unos parámetros mucho más cercanos a una conducta instintiva, es decir, genética, que a la puramente aprendida o incluso lúdica, pero esto no siempre es así a raja tabla, o al menos no de una forma tan matemática como nos gusta pensar a menudo. Los animales, como ya hemos dicho tantas veces en este blog, actúan por instinto, aunque también sabemos de sobra que existen excepciones que incitan a algunas especies zoológicas a actuar en base a sus sentimientos por encima de cualquier impulso genético que tengan escrito en su mente. Este pequeño preámbulo sólo pretende señalar que este tipo de comportamientos por puro placer, fuera del campo de los mandatos extrictamente genéticos, no es exclusivo de la especie humana. Cada especie animal es distinta, y no todos son completos robots.

Hace tiempo ya que descubrieron los científicos, y principalmente los etólogos, que una de las principales características que inducen a un animal a tener un comportamiento que nosotros catalogamos como humano, o sea, premeditando las acciones que va a realizar con algún tipo de intencionalidad o interés particular, como por ejemplo jugando sin ser una cría, volando por el simple hecho de entretenerse, usando herramientas para llevar a cabo algún fin o incluso practicando el sexo por puro placer fuera de la época de celo, es la inteligencia. Yo creo que nos sorprenderíamos si llegáramos a conocer cuán llega a ser la cota que alcanza el nivel intelectual de muchos de los animales a los que consideramos torpes desde el punto de vista de la razón.

Entre los animales más inteligentes que existen sobre la faz de la Tierra después del Homo sapiens, por citar algunos ejemplos, podemos encontrar a los incansables delfines, los pesados elefantes e incluso las juguetonas nutrias, protagonistas precisamente de esta página de nuestro cuaderno de campo. Y digo juguetonas porque si de entre todos los representantes de nuestra fauna ibérica tuviéramos que elegir uno solo para seleccionarlo como compañero de juegos de nuestros hijos, hasta el punto de que llegaría incluso a cansarlos, ese animal sería sin duda alguna la nutria paleártica. Sí, hemos leido la nutria, y no un cachorro de perro como podrían pensar muchas personas.

Muy perseguida desde hace muchos años por pescadores, peleteros y demás tipos de humanos de todo el mundo, nuestra nutria, mejor conocida como Lutra lutra en el argot científico, parece que ya no tiene más remedio que adaptarse a las cada vez más contaminadas y menos oxigenadas aguas de nuestras cuencas fluviales. Yo las he visto jugar con bolsas de plástico y latas de refresco mientras nadaban en las opacas aguas de nuestro "Río Grande", el Guadalquivir, una imagen por cierto particularmente graciosa para el humano poco familiarizado con esto a lo que llamamos conservación y quizá demasiado acostumbrado ya a los papelitos y las botellitas marrones que siempre dejamos por el suelo de cualquier área recreativa de cualesquiera de nuestros espacios naturales y que quizá vería esta imagen con los mismos ojos que yo puedo ver las amapolas en medio de un seco trigal amarillo a mediados del mes de junio, pero que desde el punto de vista de la Naturaleza que nos mantiene vivos no es más que un granito de arena más en ese desierto que estamos creando, una célula más en ese tumor maligno que hemos regalado a nuestro planeta y que cada año se expande a un ritmo más dinámico.

Aunque solo sea por lo bien que nos cae, por lo entretenido que llega a ser el mero hecho de verlas pescar o jugar entre ellas o por la gracia que hace a los niños su rechoncha nariz o su forma de andar, vamos a intentar cuidar nuestros ríos lo máximo que podamos para que nuestros hijos, los hijos de nuestros hijos y los hijos de los hijos de nuestros hijos puedan disfrutar al máximo no solo de la nutria que siempre ha estao en nuestros ríos, sino del resto de elementos tanto zoológicos como de otras índoles que dependen de ella y de las propias cuencas fluviales y así consigamos que la base del mundo que sostiene nuestra vida, que es la Naturaleza, siga funcionando a un ritmo que permita a esos hijos de los hijos de nuestros hijos morir de viejos y no de asma, de cáncer o de cualquiera de esas enfermedades modernas propias de los entornos desarrollados y castigados por la mala gestión de nuestros recursos.

viernes, 23 de noviembre de 2012

nuestro patrimonio más valioso



Las recientes lluvias de los últimos días han hecho cambiar tanto el paisaje que todavía hoy me sorprendo cuando me asomo a alguna zona que hace poco más de un mes tenía un aspecto que poco se parece al actual. Un delicado manto verde inunda desde hace unas semanas el oscuro tapiz de la gran sierra septentrional de Andalucía, aclarando su piel hasta un nivel que en muchas zonas bien podría parecerse a ese claro y brillante verdor de las sierras del norte de nuestro país.

Bien entretenido estaba yo fotografiando estos cambios paisajísticos con el teléfono móvil para enviarle la imagen a un amigo a través de uno de estos modernos programas de chat que usamos hoy día casi todos los habitantes de la urbe para que viera lo bonito que estaba el paisaje estos días en esta parte de la sierra, cuando justo al girarme para volver sobre mis pasos y llegar hasta donde tenía el coche me encuentro con este fantasma, cara a cara, a tan poca distancia de mis incrédulos ojos que tuve incluso que dar un par de pasos hacia atrás y recoger el teleobjetivo que colgaba de mi hombro hasta los 150 mm de distancia focal para poder conseguir una fugaz foto de su figura sin que ninguna parte de su cuerpo se me saliera fuera del encuadre.

Algo buscaba nuestro amigo, su conducta dejaba entrever su escasa prisa; su atención, aparentemente pasiva, estaba tan sumida en su propósito que apenas me dedicó una efímera y despreocupada mirada de reconocimiento interespecífico. Ni corto ni perezoso se levantó, se acercó todavía más a mí, atravesó la valla por debajo y siguió su campeo lentamente con el orgullo que corresponde al que es probablemente el más perfecto de todos los matadores solitarios del Paleártico.

Así, queridos seguidores de mi cuaderno de campo, es como me he topado yo con este bello animal, al margen de la opinión que pueda tener quien piense que la simple realización de una mera foto lleva siempre necesariamente implícita la correspondiente molestia al animal protagonista de dicha imagen. Digo esto porque he oido a mucha gente criticar a los fotógrafos linceros (incluido un servidor) y después los he visto hacer cosas en el campo que ya quisiera para sí el más hipócrita de los ecologistas de salón. Desde luego, si hubiera que presentar un video de los hechos como prueba junto a cada acusación que se hace, pocos envidiosos iban a tener la valentía de tirar esa primera piedra de la que tanto se suele hablar.

Bien está que el lince lo disfruten los naturalistas profesionales que trabajan con él (en la mayoría de los casos con resultados positivos), bien está que el lince los disfruten los paseantes y senderistas que de forma fortuita se crucen con él en alguna de sus caminatas de domingo bañado por el sol, bien está que disfrute del lince su propia madre cuando éste todavía no ha alcanzado la edad propia de la emancipación, bien está que lo disfruten incluso los monteros cuando arma en mano se disponen a patear la sierra en busca de algún ungulado que les alegre el día... pero también está bien, pienso yo, que unos pocos que respetamos al gran gato (y todos los que hemos compartido esos lugares que todos los linceros conocemos sabemos o creemos saber de qué pie cojea cada observador) disfrutemos también de su presencia y sus observaciones con el respeto que siempre le hemos tenido. Quien realmente conoce al lince sabe que una persona que permanece estática como una gárgola durante todo el día en uno de esos lugares públicos difícilmente va a provocar molestias a nuestro querido protagonista, pero otra cosa bien distinta es actuar de cualquier manera que sea claramente intrusiva sin dejarles vivir su vida, persiguiendo una asquerosa foto como único fin.

Al lince hay que protegerlo, y pienso yo que una de las muchas formas que existen para hacerlo es, por ejemplo, publicando imágenes suyas y haciendo a la vez de divulgador científico de los beneficios que aporta esta especie en el equilibrio de nuestra biodiversidad. No hay mejor forma de fomentar el amor a la Naturaleza que actuar como comunicadores de nuestro patrimonio natural. Como ya dije en otra ocasión, escribir es fácil si se tienen ganas y tambien si se conoce bien el tema sobre el que se está escribiendo, y bien sabe quien me conoce y me lee que es precisamente eso lo que yo intento, aunque a veces no llegue a conseguir que el número de lectores sea demasiado alto. Sinceramente, con que alguien capte el mensaje de lo que intento transmitir y cambie de alguna manera su conducta en pro de una mejor conservación de nuestra Naturaleza, yo me doy más que por satisfecho. Sólo en esos casos merecen la pena tanto el tiempo como el dinero que se me van en esto, que bien podría invertir en descansar en el brasero de mi casa leyendo un buen libro, o bien en salir los sábados por la noche para encontrar esa novia que todos los esclavos de las costumbres impuestas por la cultura humana me aconsejan para "quitarme los pájaros que tengo en la cabeza", pero que sin embargo invierto en algo que no me da de comer, pero sí que me da ganas de comer, y eso creo que es importante. Y si encima consigo que algunos miren al campo con mejores ojos, mejor.

Quizá sea cierto que hoy día hay más gente en el campo observando linces "por culpa", como dicen, de las innumerables publicaciones que se hacen en todos los medios disponibles, sobre todo en internet (lo cual, en principio, no tiene por qué tener consecuencias tan dramáticas), pero en cambio creo que también hay más amantes de nuestros gatos gracias a esas publicaciones de las que hablamos tanto en un sitio como en otro. Precisamente, uno de los atractivos con que el Parque Natural de la Sierra de Andújar, el Parque Natural de las Sierras de Cardeña y Montoro y el Parque Nacional de Doñana se venden a sí mismos es el lince ibérico, así que vamos a observarlo mientras lo podamos hacer de alguna forma inocua y legal, pero con el respeto que se merece. En general, y hablo en términos estrictamente estadísticos, creo que no nos portamos tan mal en el campo; otra cosa son los coleccionistas de fotos que se hacen llamar naturalistas, una minoría por cierto, pero suficientes para manchar la reputación del más respetuoso de los amantes reales de la Naturaleza.

Por otro lado, y cambiando ya de tercio, los más puristas de la fotografía de naturaleza reiterarán una y otra vez, y además con toda su razón, que esa valla algo difusa de la imagen, tan odiada como inoportuna cuando no la queremos en las fotos, no es precisamente uno de esos elementos que se vayan a encargar de realzar la fuerza de la imagen, si es que esta imagen puede tener fuerza, pero yo creo que el momento vivido vale más que cualquier mero montón de píxeles.

Pongo la imagen en vuestras manos para que me digáis (no seáis malos, jeje) si la valla es algo que destroza la imagen o si por el contrario podemos considerarlo como algo propio desde hace ya unos años en la mayoría de los territorios de nuestros grandes gatos. Pongo en vuestras manos también el texto, para que reflexionemos sobre los riesgos que puede tener y de hecho tiene actualmente el turismo verde, y para que también, en base a lo explicado, sepamos elegir mejor el color de la ropa que nos ponemos y el volumen de voz que usamos con vuestros semejantes cada vez que paseamos por algún espacio natural protegido en cualquier tarde de domingo, porque si es cierto que en la mayoría de los casos el paseante lleva la mejor intención del mundo en ese entorno que desea visitar, también hay que tener en cuenta que muchas veces, sin quererlo, podemos causar alguna pequeña molestia a la fauna, que con unas mínimas nociones sobre comportamiento y educación ambiental podríamos evitar fácilmente.

De esta forma, cuando volvamos de nuestras jornadas de observación, de fotografía o de paseo, quizá lo hagamos con más y mejores imágenes en nuestro archivo o en nuestra retina, que también podremos utilizar o no como embajadoras de nuestro gran gato cerval, y tanto los agentes de la autoridad como los guardas estarán más conformes con nuestra conducta.

viernes, 2 de noviembre de 2012

la mansión del gran monje




Hace ya bastantes horas que aprieta el sol en uno de los muchos bosques mediterráneos que nutren de oxígeno el todavía impoluto aire del norte de Extremadura, para muchos el paraíso de las aves en España, cuando un adulto de buitre negro extiende una de sus grandes alas para intentar proteger a su único pollo del tórrido sol estival que impera ya desde hace muchas semanas en lo alto del nido en pleno mes de julio.

El buitre negro, que con sus casi tres metros de envergadura ostenta orgulloso el título y el honor de ser ave más grande de Europa y una de las especies orníticas más voluminosas y pesadas del mundo, poco a poco va abriéndose hueco en nuestras no demasiado grandes extensiones forestales, subiendo lentamente su demografía a un ritmo que suaviza desde hace ya algún tiempo la preocupación de ornitólogos y conservacionistas, pero que aun así nos recuerda que aun no podemos bajar la guardia, al menos de momento.

Catalogado desde el año 2008 como “Casi Amenazado” según la Categoría Mundial IUCN, y como “Vulnerable” en la Categoría España IUCN en 2004, a nivel mundial la población de buitres negros se puede mantener, pero si hablamos sólo de España la situación es menos favorable, de hecho esta especie estuvo en grave riesgo de írsenos de las manos hace ya algunas décadas. Concretamente en los años 70 contábamos con sólo unas 200 parejas, frente a las cerca de 2440 que se estiman actualmente en base a los datos obtenidos en el Censo Nacional desarrollado por SEO/BirdLife en el año 2006.

El uso de venenos no selectivos (como ya se dijo en otro artículo) y las malas prácticas de los coleccionistas de huevos (por suerte ya casi extintos) han influido mucho en la situación que ha sufrido durante años esta especie, muy fácil de confundir a simple vista con la figura de su poco más pequeño hermano, el buitre leonado.

Después de una larga y calurosa sesión, me atrevería a decir incluso que aburrida (ya que la fenología reproductiva del buitre negro es una de las "digestiones reproductivas" más pesadas de nuestras latitudes y, estadísticamente hablando, en un solo día no suele pasar nada que sea realmente interesante desde el punto de vista de la dinámica fotográfica), del madrugón padre y de un viaje en coche de 5 horas hasta llegar a casa de madrugada mas el precio del respectivo combustible de la ida y de la vuelta (10 horitas a 2700 rpm), de la comida y en definitiva de todo lo relacionado con la realización de la foto, que dicho sea de paso salió de mi bolsillo, uno se acuesta tranquilo (tarde, pero tranquilo) con la convicción de que el viaje para ver a esta gran joya de nuestra fauna ha merecido la pena. A decir verdad, siempre merecen la pena los kilómetros, el dinero invertido y el esfuerzo en general, aunque no se hagan fotos a la primera (que suele ser lo habitual), ya que siempre se aprende algo y se viven cosas imposibles de plasmar en una imagen o en las letras manuscritas de un cuaderno de campo.

lunes, 8 de octubre de 2012

el fantasma de sierra morena


Llevo un tiempo ya detrás del lince. No es fácil verlo de cerca, y mucho menos fotografiarlo en condiciones. Es un fantasma. Cuando lo ves, sabes que estás viendo un fantasma. El fantasma de Sierra Morena, de hecho. Alguien me ha dicho hace poco que al lince no se le ve, al lince se le intuye. Será por eso que es un fantasma. Llevo varias horas acurrucado entre los matorrales y estoy entumecido; esta mañana hacía frío, después vino el calor y el veranillo del membrillo, y ahora vuelve a bajar la temperatura. No sé si para desperezarme un poco o por esa intuición de la que hablábamos, pero me pongo en pie, me doy la vuelta para revisar el paisaje y allí está. Con toda la tranquilidad del mundo, detiene su marcha lo justo para mirarme largamente durante unos segundos. Pero aparte de aprendiz de naturalista, a veces intento ser fotógrafo. Levanto la cámara como puedo con el trípode colgando debajo (recordemos que estaba sentado y me levanté) y le tiro 4 fotos. Y como si yo no fuera más preocupación para él que la remota posibilidad de que le espantara a su conejo nuestro de cada día, deja de mirarme y se pierde lentamente, pasito a pasito, en lo más profundo de la sierra. El resultado, este fugaz cruce de miradas detenido en el tiempo.

sábado, 29 de septiembre de 2012

el enigma de los cipreses


Esta imagen, originada tras el incendio que este verano arrasó el municipio de Andilla (Valencia), se ha convertido en el punto de mira de muchos científicos de diversos países.
Es una imagen peculiar: una superficie de árboles verdes rodeada de una gran extensión ennegrecida por el fuego.

¿qué es esa zona verde?

Se trata de una parcela experimental en la que hace más de 20 años se plantaron cerca de 1.000 cipreses dentro del proyecto europeo CypFire, para probar la tolerancia de estos árboles a las heladas, la sequía, la producción de madera y polen y su resistencia a los incendios forestales.

La zona calcinada estaba compuesta por bosque mediterráneo formado por pinos, encinas, enebros, sabinas,... En cambio, los cipreses han permanecido intactos, algunos sólo se han deshidratado sin llegar a quemarse.

¿qué supone este comportamiento de los cipreses?

El debate está abierto, el ciprés se ha convertido en un nuevo objeto de estudio como posible aliado en la lucha contra el fuego en nuestros bosques, pero aún no se sabe muy bien qué es lo que ha ocurrido. Se sabe que los cipreses están adaptados a climas mediterráneos, que aprovechan muy bien el agua y que son menos inflamables y combustibles que otras especies, pero ¿cómo es posible que no hayan ardido cuando los alrededores han quedado arrasados por el fuego?


¿qué sabemos de los cipreses?

Pertenecen al género Cupressus, familia de las cupresáceas y existen varias especies. Son árboles muy longevos, pueden llegar a vivir más de 500 años y alcanzar una elevada altura. Y en nuestra cultura, los cipreses están vinculados a los cementerios.


Un poco de mitología...

Tanto en la mitología griega como romana, el ciprés estaba consagrado a los dioses de los infiernos, Hades y Plutón respectivamente.  

El nombre de ciprés puede deberse a la mitología griega: 
Según el mito, Apolo regaló a Cipariso una jabalina para cazar, pero por error el muchacho mató a su ciervo domesticado, un hermoso animal con astas de oro y guirnaldas de piedras preciosas. Tanto fue su duelo y dolor que pidió al dios Apolo que le permitiera llorarlo para siempre. El dios aceptó su súplica y lo convirtió en ciprés, árbol relacionado con el duelo y el dolor por los seres queridos.

                                                           Cipariso, óleo de Jacopo Vignali.
  
Reflexión final...

Este experimento abre la posibilidad de utilizar los cipreses como barreras naturales frente al fuego, por ejemplo en los alrededores de viviendas, granjas o carreteras, pero plantar cipreses en bosques mediterráneos supone introducir una especie no autóctona, que como ya sabemos tiene consecuencias. La hojarasca de los cipreses acidifica el suelo, lo que puede suponer un impedimento para que otras especies puedan desarrollarse.

Habrá que realizar una investigación más profunda sobre esta cuestión, estudiar los pros y los contras, pero no podemos olvidar que la mejor manera de proteger nuestros bosques es la prevención de incendios, y en el caso de que se produzcan, actuar con rapidez y eficacia para evitar el desastre.

viernes, 24 de agosto de 2012

un insecto con cara alienígena


La mantis religiosa es un insecto curioso, siempre me ha llamado la atención, principalmente por su aspecto. No es un animal que se pueda considerar entre los más bellos precisamente, bueno, aquí también depende del gusto de cada uno, la belleza siempre es relativa. Se camufla perfectamente entre la vegetación, por lo que no es fácil verla.

Su cabeza, que puede girar hasta 180º,  me recuerda a los extraterrestres que aparecen en muchas películas. Creo que este animal ha servido de inspiración para diseñar esos personajes llegados a la Tierra desde planetas lejanos. A pesar de su aspecto, un poco diabólico quizás, no es un animal venenoso ni peligroso para el ser humano, sino todo lo contrario.

También es conocida como santateresa. Su nombre se debe a la posición del animal cuando acecha a una presa, pues parece que estuviera rezando para que no se escapara. En otros lugares recibe nombres populares con connotación negativa, como caballito del diablo.



Su biología y su forma de alimentarse es bastante peculiar. Le gusta comer de todo tipo de insectos, de ahí que sea un buen aliado de los agricultores, pero la particularidad es que se los come vivos. Podría parecer una crueldad dicho de esta manera, ya que por lo general la mayoría de animales que cazan otros animales primero los matan y luego se los comen.

Pero sin duda alguna, si por algo es conocido este insecto es por su forma de reproducirse. Las hembras suelen comerse a los machos durante o después del apareamiento, como puede verse en este video:



Para terminar este texto, sólo me queda decir que cuando veas a estos animalitos en el campo, no los mates sólo porque te parezcan feos o peligrosos, pues no te harán ningún daño, solamente cumplirán con su función ecológica y serás  beneficiado, ya que se alimenta de otros insectos que en ocasiones pueden ser molestos, como por ejemplo las moscas.

lunes, 20 de agosto de 2012

cuando el verde cede el paso al luto


Los datos a día de hoy son lamentables, en España se han quemado cerca de 140.000 hectáreas de superficie forestal  en lo que llevamos de 2012. Es el peor año  de la última década, esta superficie es más del triple de la del 2011.

El fuego ha arrasado zonas de alto valor ecológico a lo largo y ancho de nuestro país, tanto en la península como en las islas. Y lo peor de todo es saber que todos o casi todos estos incendios han sido provocados de forma intencionada o por acciones negligentes e irresponsables, es decir, que se podrían haber evitado. 

El paisaje que deja un incendio forestal es desolador, tardarán años, incluso varias décadas en recuperarse esos terrenos, eso sí, con una buena gestión de los mismos.

Ha sido un año muy seco y estamos viviendo días de mucho calor, esto favorece que el fuego se propague muy rápidamente y arrase con toda la vida que encuentra en su camino. El color verde, el color de la vida, cede el paso al luto.



Los incendios forestales suponen una serie de consecuencias:
  •  Muerte de gran cantidad de animales, especialmente aquellos que no tienen una alta capacidad de desplazamiento o que se ven rodeados por las llamas sin poder escapar. Además, se pierde el hogar de estos animales, los que han escapado deberán buscar otro refugio y otra fuente de alimentación.
  • Muerte de todo tipo de vegetación, todos los estratos son calcinados.
  • Aumentará la erosión cuando aparezcan las lluvias, ya que la vegetación no podrá ejercer de colchón para el impacto de las gotas de agua. Lo que provocará a su vez, la eliminación de la capa superficial del suelo, la capa fértil, limitando el asentamiento de nueva vegetación.
  • Contaminación atmosférica: una gran liberación de CO2 y otros gases contaminantes durante el incendio, pero también dejarán de ser un sumidero de estos gases, al eliminarse la vegetación.
  • Contaminación de las aguas: la lluvia arrastrará las partículas calcinadas y la tierra hacia los cursos fluviales.
  • Pérdidas económicas: se perderán todos los aprovechamientos sostenibles que se venían haciendo en ese lugar, como pueden ser la apicultura, ganadería,  la recolección de corcho, piñas, setas, etc, etc. Se perderán también ingresos por turismo activo o de naturaleza: senderistas, aficionados a la ornitología, deportistas,…

Las administraciones públicas deberían ocuparse y preocuparse de poner todos los medios a su alcance para evitar que se produzcan los incendios forestales: más vigilancia en los montes, más labores de prevención, más pastoreo controlado, y más rapidez para controlar el incendio. No se puede  escatimar en recursos que protejan la vida de nuestros espacios naturales.
Como ya he defendido en otras ocasiones, este tipo de actos, deberían ser considerados como terrorismo ambiental.

jueves, 28 de junio de 2012

Mi blog es CO2 neutral

Acabo de conocer esta iniciativa de proTierra que tiene como objetivo disminuir el impacto negativo sobre el medio ambiente derivado de la publicación de tantos catálogos y folletos que nos llegan a casa en cantidades desorbitadas y salvar 1 millón de árboles.


Según los datos disponibles en su web, cada año se cortan 1 millón de árboles en España para producir el papel con el que se publican todos estos catálogos y folletos. Además, la producción de papel consume grandes cantidades de energía, agua, y produce emisiones dañinas de CO2.

Los blogs también emiten CO2 a la atmósfera, debido al consumo energético de los ordenadores, por eso esta iniciativa pretende contrarrestar ese consumo con el apadrinamiento de un árbol por cada blog.

Me ha gustado mucho la historia de cómo surgió la idea, seguramente recordareis el caso del incendio de Guadalajara en el 2005, por eso os la copio literalmente de la web del proyecto:

La Fundación Apadrina un árbol surge a raíz del incendio ocurrido en julio de 2005 en la provincia de Guadalajara, que arrasó 13.000 hectáreas de bosque y acabó con la vida de 11 miembros de un retén.

Se crea con el objetivo de promover un espacio y unas instalaciones que sirviesen para concienciar a los visitantes de la importancia que tiene la naturaleza en nuestras vidas y enseñarles a respetarla y valorarla.

Es así como nace el proyecto Apadrina un árbol, basado en la recuperación ambiental de la zona, en la educación en valores y en el desarrollo de una comarca muy afectada por la despoblación.

Si te apetece colaborar con esta iniciativa y que tu blog apadrine un árbol, sólo tienes que seguir las instrucciones del siguiente enlace: http://www.ofertia.com/protierra/co2-neutral

¡Anímate a participar!

miércoles, 20 de junio de 2012

curiosidades sobre el más bello II

En esta segunda parte de curiosidades sobre el lince ibérico trataré los siguientes aspectos:


TAXONOMÍA: el lince ibérico (Lynx pardinus) se consideraba antiguamente una subespecie de lince boreal (Lynx lynx), especie que se distribuye por Europa y Asia. Pero el estudio de su morfología, especialmente de su cráneo y su dentición han demostrado que el lince ibérico no sólo es una especie diferente sino que además es la más antigua de las cuatro especies actuales de linces.

ALIMENTACIÓN: como ya fue comentado en este blog, el lince ibérico es un estenófago, su alimentación está compuesta básicamente de conejos (Oryctolagus cuniculus). Necesita cazar un conejo al día para sobrevivir y en el caso de las hembras con cachorros, puede llegar a necesitar 3 conejos.
No se comen la piel de los conejos. Cuando se comen un conejo dejan la piel vuelta del revés. Esta particularidad sirve para confirmar la existencia de algún lince en los alrededores.

PROTECCIÓN: en la actualidad, el lince ibérico está ligado al concepto de animal protegido o de especie en peligro de extinción, pero ¿cómo se ha llegado a esta situación?

Muchas son las causas que han dado lugar a la actual situación del lince ibérico (tema que ya he tratado en otras ocasiones), pero una de ellas fue sin duda alguna a su consideración por parte de la sociedad como “alimaña”. Si miramos el diccionario, nos dice que alimaña es el “animal perjudicial a la caza menor”. En 1955 se creó la Junta de Extinción de Alimañas, que no solo permitía la captura de linces sino que además premiaba a los alimañeros con compensaciones económicas por cada individuo cazado. Se sumaba a esto que la piel moteada de estos bellos animales era muy preciada en peletería.

No fue hasta 1973 cuando se protegió por primera vez al lince ibérico, con la aprobación del Decreto 2573/1973, de 5 de octubre, por el que se protegen determinadas especies de animales salvajes y se dictan las normas precisas para asegurar la efectividad a esta protección.  Esta norma prohibía su caza, captura y comercio.

Mucho más tarde, en 1990, apareció el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, que ya catalogaba al lince ibérico como especie en peligro de extinción.

La UICN declaró al nuestro lince como especie en “peligro de extinción” en 1986 y en 2002 se cambió su protección a la categoría de “en peligro crítico de extinción”, estado en el que se encuentra en la actualidad.

Desde su protección la población se ha ido recuperando poco a poco, pero todavía falta mucho para que esta especie recupere su distribución natural a lo largo y ancho de toda la Península Ibérica.


Foto: ince ibérico, en el Parque Nacional de Doñana.  
Autor: José María Alvarez. 
Fuente: wikipedia.

miércoles, 13 de junio de 2012

la generación J


Esta temporada reproductora del 2012 ha dado lugar a lo que llamaré la "generación J", es decir a los nuevos linces ibéricos que han nacido en los centros de cría en cautividad desde donde gracias a las nuevas tecnologías podemos seguir el día a día de estos pequeños seres, desde incluso antes de su nacimiento, con la temporada de cópulas y después con los partos y el crecimiento de estas camadas.



Los llamo la generación J porque todos estos cachorros han sido identificados con nombres que empiezan por J. Por ejemplo, la lincesa Boj ha criado a tres criaturas fantásticas que se llaman Jabaluna, Juncabalejo y Jabugo. Así mismo, los cachorros de Aura son Jalapeño, Jaguar y Jabirú.


Ha sido una buena temporada reproductora según las noticias que hemos conocido en este tiempo, en comparación con otras noticias nefastas como la muerte de linces jóvenes reintroducidos este mismo año en nuevas zonas naturales y que han sido encontrados atrapados en un cepo o en otras circunstancias derivadas de la acción humana.

También en este tiempo conocíamos la intención de la UICN de bajar la categoría de protección del lince ibérico de "en peligro crítico de extinción" a "en peligro de extinción".  Quizás, desde mi punto de vista, sea demasiado pronto para eso. Habría que esperar a que se pongan en marcha los procesos de reintroducción en nuevas zonas como Portugal o Extremadura y ver cómo evoluciona la población.

Por otra parte, saltaba la noticia de que se habían visto linces ibéricos en algunos puntos de Extremadura, Ciudad Real y Salamanca, incluso se estimaba una cantidad de unos 50 individuos adultos en libertad en la zona de Extremadura. Permitidme que dude de estos datos, puede ser que haya algunos linces en otros puntos de la península ibérica que se han extendido a partir de la población de Sierra Morena, pero 50 individuos ya me parece un disparate. Ojalá fuera cierto.

Sólo me queda decir que espero que estos pequeños linces de la generación J, cuando sean liberados en los espacios naturales, encuentren un lugar libre de venenos, de cepos, de lazos, de atropellos, de disparos y de cualquier otra causa de muerte provocada por el ser humano. Y que podamos verlos en libertad, moviéndose entre el bosque mediterráneo como sólo el lince ibérico sabe hacerlo.

viernes, 25 de mayo de 2012

flor de abeja amarilla


Esta primavera he encontrado en el campo muchas orquídeas como esta, el nombre científico es Ophrys lutea. Ophrys proviene del griego y significa “ceja”, en relación a los pelitos del labelo y lutea vienen del latín, que traducido es “amarillo”, haciendo referencia al color del labelo. Forma parte del grupo de las llamadas “flores de abeja”, concretamente es la flor de abeja amarilla.

La flor, vista desde arriba, recuerda perfectamente al abdomen de una abeja y esto no es casual, ya que la polinización depende de ello. Y no sólo eso, además, esta forma de polinización es favorecida al producir la fragancia de la hembra del insecto en celo, lo que hace que los machos se acerquen a la flor. Cada especie de orquídeas de este grupo está especializada en una especie de insecto y sólo pueden ser polinizadas por esa especie. La flor de abeja amarilla es polinizada por Andrena cinerea y Andrena senecionis.

Este proceso de polinización es muy complejo y debido a eso, la tasa de fructificación es muy baja, está entre el 5 y el 7 %. La forma que tiene de compensarlo es produciendo  una gran cantidad de semillas: cada flor puede llegar a producir unas 10.000 semillas, lo que hace que la especie se perpetúe.



A pesar de este elevado número de semillas, las probabilidades de germinación son muy remotas, no tienen endosperma (reserva alimenticia) y además dependen de la existencia en el lugar de un hongo simbionte que forme el micorrizoma. A pesar de todas estas trabas es una especie muy abundante y aunque tiene un pequeño tamaño, cuando está en flor es muy fácil observarlas.

Esta es una de esas especies que me hacen reflexionar en cómo la evolución a lo largo de millones de años ha dado lugar a seres tan increíblemente adaptados, que por otra parte son especialmente sensibles a una posible extinción, puesto que dependen estrechamente de la supervivencia de otra especie.

miércoles, 23 de mayo de 2012

dame tu mano, hermano



Amanece una bonita mañana del mes de junio, y los vecinos de un pequeño pueblo de sierra y los pueblos cercanos, los forasteros que han pasado aquí la noche y los alumnos de una escuela de parapente, desayunan y se disponen a llegar a una zona cercana para disfrutar de lo que se prevé que puede ser un gran día de vuelo libre.

Hoy hace sol y parece que hay buenas previsiones aerológicas, con un viento suave que permitirá a los alumnos desarrollar adecuadamente su aprendizaje, y además se estima que antes de media mañana romperán las térmicas y se podrán empezar a aprovechar esas ascendencias tan necesarias para subir o por lo menos para hacer un vuelo medio en condiciones y, si se puede, hacer distancia. Recordemos que los parapentes y las alas delta no llevan motor, y como planeadores que son necesitan de estas corrientes para poder ascender o, al menos, mantener la altura.

Desde bien temprano ya hay gente preparando “trapos” y “alas” en el área de despegue, o el despegue a secas, que es como conocemos en el argot del vuelo libre a esos claritos que hay en lo alto de algunas montañas y que usamos para despegar. Los buitres leonados de una colonia cercana, aparentemente pasivos, observan minuciosamente, cada uno desde su respectivo posadero, cómo cada piloto va revisando y preparando su vela.

Poco antes de que el sol haya empezado a calentar, despega el primer parapente. Los pilotos de las alas esperan, a ellos les gusta salir más tarde. El parapente que acaba de salir tiene que irse forzosamente a aterrizar, ya que aún es temprano y el sol todavía no ha calentado bastante como para que las térmicas sean lo suficientemente fuertes, y además el viento para sostenerse en la ladera es todavía muy débil. Sale el segundo, el tercero, el cuarto… todos “pinchan” y tienen que irse a aterrizar; esperemos que el sol caliente pronto, porque ya va haciendo calorcito en el despegue y se suda mucho con el mono puesto.

Los buitres siguen mirando como gárgolas, ni uno solo da un paso al vacío. Parece como si intuyeran que ellos también van a tener que mover las alas si intentan empezar a volar en ese momento. Al mismo tiempo despega otro parapente que parece que mantiene la altura. Claro, ya hay algo de viento y puede al menos mantenerse si no se separa mucho de la ladera.

De pronto algo pasa: un ligero cabeceo, se da la vuelta, vuelve a pasar por el mismo punto y otro cabeceo. Después de unos cuantos giros en “ocho” ya ha dejado la ladera lejos y puede girar esa todavía débil térmica, quizá la primera de la mañana. Un giro, otro giro, centra la burbuja y en cosa de 2 minutos ya ha ganado 50 metros, sin contaminar un solo ápice de aire, sin esfuerzo alguno, sólo con la ayuda del aire y nada más, tal y como han hecho siempre sus compañeros los grandes carroñeros alados. Otros dos pilotos ven lo que acaba de pasar, y como si fueran poseídos por algún tipo de envidia colectiva despegan, enganchan la misma térmica y ganan altura progresivamente.

Justo en ese momento sale un buitre, el primero. Ahora sí parece decidido. Se va derechito a la térmica donde están los parapentes y la gira, tan cerca de los pilotos que casi se pueden dar la mano. Pero la evolución, que ha dotado a los buitres de las alas veleras más eficientes de toda la Naturaleza, supera a la tecnología y deja por los suelos al invento que tan cuidadosamente prepararon Leonardo Da Vinci al principio y Francis Rogallo más tarde, superando con creces la altura ganada por los voladores humanos.

Poco a poco van despegando los buitres, uno a uno, ordenadamente, como si siguieran una especie de protocolo. En menos de 5 minutos el cielo se llena de buitres, seguidos de algunos parapentes y alas delta que salieron después; todos vuelan juntos aprovechando las mismas ascendencias, y nunca llegan a molestarse. Juntos pero no revueltos.

Los buitres, sabios y eficaces voladores desde hace milenios, acaban de demostrarnos que a veces, incluso sin pretenderlo, somos de alguna manera sus aliados indirectos. El hombre, que tantas veces es criticado por muchas de las actividades que realiza en el medio natural, esta vez sin saberlo ha sido un leal compañero, una especie de indicador biológico que ha delatado a estos hábiles planeadores del Paleártico cuándo ha llegado el momento óptimo de iniciar el vuelo.

lunes, 21 de mayo de 2012

Día de la Diversidad Biológica Marina



Como cada 22 de mayo se conmemora el Día Internacional de la Diversidad Biológica, este año se centra en la Biodiversidad Marina. Y no es para menos, los océanos representan aproximadamente el 70 % de la superficie terrestre y el 95 % de la biosfera, es decir, la mayor parte de la vida está en los mares y océanos.

El medio ambiente marino y costero proporciona hábitats diversos en donde se desarrolla una abundante vida marina. La vida que hay en nuestros mares produce la tercera parte del oxígeno que respiramos, ofrece una fuente valiosa de proteínas y es una moderadora del cambio climático mundial. Los bosques de manglares, los arrecifes de coral, las praderas marinas y los estuarios son algunos ejemplos de hábitats marinos.

Las principales amenazas para los ecosistemas marinos y costeros son:
  1. Contaminación de origen terrestre y eutrofización
  2. Pesca excesiva, pesca destructiva y pesca ilegal
  3. Alteraciones de los hábitats físicos
  4. Invasiones de especies exóticas
  5. Cambio climático mundial
La pesca excesiva es una de las amenazas más grandes para la vida silvestre y los hábitats marinos. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación ha informado que aproximadamente el 70% de las reservas de peces del mundo actualmente se pescan excesivamente o bien se están agotando.

¿Cuánta Vida Hay en los Mares?

Existe un censo realizado entre los años 2000 y 2010, en el que participaron científicos de todo el mundo para intentar determinar cuántas especies marinas existen. Esta iniciativa se denominó el 'Censo de la vida marina' y se investigó desde la superficie de las aguas marinas hasta las profundidades más oscuras de los mares, navegaron desde los mares tropicales hasta las aguas con hielos de los océanos Ártico y Antártico. Fruto de ese trabajo se elaboró un informe en el que el número de especies rondaría sobre los 250.000 (sin incluir las formas de vida microbiana), por lo que se estima que podría haber un millón de especies o incluso más.

Imaginad las posibilidades de conservar toda esta riqueza biológica, cuántas cosas nos faltan por conocer y descubrir. Este es el verdadero tesoro oculto en el fondo del mar.

 

Mensaje de Ban Ki-moon, Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para el Día Internacional de la Diversidad Biológica, 22 de mayo de 2012:

«Sin embargo, a pesar de su importancia, los humanos no hemos cuidado bien de la biodiversidad marina, a la que se dedica el Día Internacional de la Diversidad Biológica de este año. La sobreexplotación comercial de los bancos de peces del mundo alcanza niveles preocupantes. Muchas especies han quedado reducidas a una mínima parte de su población original