miércoles, 13 de junio de 2012

la generación J


Esta temporada reproductora del 2012 ha dado lugar a lo que llamaré la "generación J", es decir a los nuevos linces ibéricos que han nacido en los centros de cría en cautividad desde donde gracias a las nuevas tecnologías podemos seguir el día a día de estos pequeños seres, desde incluso antes de su nacimiento, con la temporada de cópulas y después con los partos y el crecimiento de estas camadas.



Los llamo la generación J porque todos estos cachorros han sido identificados con nombres que empiezan por J. Por ejemplo, la lincesa Boj ha criado a tres criaturas fantásticas que se llaman Jabaluna, Juncabalejo y Jabugo. Así mismo, los cachorros de Aura son Jalapeño, Jaguar y Jabirú.


Ha sido una buena temporada reproductora según las noticias que hemos conocido en este tiempo, en comparación con otras noticias nefastas como la muerte de linces jóvenes reintroducidos este mismo año en nuevas zonas naturales y que han sido encontrados atrapados en un cepo o en otras circunstancias derivadas de la acción humana.

También en este tiempo conocíamos la intención de la UICN de bajar la categoría de protección del lince ibérico de "en peligro crítico de extinción" a "en peligro de extinción".  Quizás, desde mi punto de vista, sea demasiado pronto para eso. Habría que esperar a que se pongan en marcha los procesos de reintroducción en nuevas zonas como Portugal o Extremadura y ver cómo evoluciona la población.

Por otra parte, saltaba la noticia de que se habían visto linces ibéricos en algunos puntos de Extremadura, Ciudad Real y Salamanca, incluso se estimaba una cantidad de unos 50 individuos adultos en libertad en la zona de Extremadura. Permitidme que dude de estos datos, puede ser que haya algunos linces en otros puntos de la península ibérica que se han extendido a partir de la población de Sierra Morena, pero 50 individuos ya me parece un disparate. Ojalá fuera cierto.

Sólo me queda decir que espero que estos pequeños linces de la generación J, cuando sean liberados en los espacios naturales, encuentren un lugar libre de venenos, de cepos, de lazos, de atropellos, de disparos y de cualquier otra causa de muerte provocada por el ser humano. Y que podamos verlos en libertad, moviéndose entre el bosque mediterráneo como sólo el lince ibérico sabe hacerlo.

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