lunes, 23 de abril de 2012

¿un hombre desnudo?


La naturaleza es sorprendente y fascinante, existen especies tan peculiares como esta que hoy os presento. Es una orquídea, Orchis italica, también conocida como la Orquídea del hombre desnudo. 

Es una planta pequeña, que pasa desapercibida entre los matorrales por aquellos que no la conocen, pero que una vez descubierta provoca la necesidad de saber más sobre ella.
Es curioso cómo al decir el nombre común de esta especie todo el mundo se pregunta el por qué de dicho nombre. Basta con decirles que se acerquen y observen las flores.

Esta preciosa orquídea es una inflorescencia en forma de espiga que crece a partir de dos tubérculos subterráneos (de forma ovoide). Al observar las flores detenidamente, vemos que verdaderamente tienen forma de hombrecillo desnudo. Las flores son de color rosado o lila.



Este individuo se encontraba en el Parque Natural de Sierra de Hornachuelos, pero tiene una amplia distribución en la zona mediterránea.

lunes, 9 de abril de 2012

Nadie es mejor por ser más grande

Aphanius baeticus es el nombre científico del salinete, un pez muy pequeño, endémico de Andalucía. La destrucción de sus hábitat (arroyos), la contaminación del agua y la presencia de especies exóticas en los cauces son las grandes amenazas para esta especie y para otras que comparten hábitat.

En nuestra tierra no existen de forma natural grandes peces, ya que no existen grandes lagos ni grandes ríos como en otras partes del mundo, donde los peces llegan a tener un gran tamaño. Todas esas especies de gran tamaño que se encuentran en los embalses han sido introducidas por la mano de ser humano para poder practicar la pesca. Y como podemos imaginar, acaban con las especies pequeñas autóctonas, que llevan viviendo en nuestros ríos millones de años.

En pocas ocasiones he escrito sobre la fauna piscícola en este blog, por eso quiero aprovechar el siguiente video y prestarle atención a las comunidades de peces autóctonos, que aunque son muy pequeños, son muy importantes para mantener en buen estado los ecosistemas donde viven. Y llegados a este punto me quedo con una frase de la serie "David, el Gnomo": "Nadie es mejor por ser más grande".

Viva nuestra biodiversidad andaluza.


miércoles, 4 de abril de 2012

volverán las oscuras golondrinas...


Son grandes viajeras, recorren medio mundo todos los años y cuando las vemos por nuestras latitudes nos indican que ha llegado la primavera.  Es fascinante que un animalito tan pequeño sea capaz de hacer unos desplazamientos tan largos. Me estoy refiriendo a las golondrinas, unas aves que se reconocen fácilmente  por su dorso oscuro con reflejos azulados, vientre blanquecino, frente y babero rojizo, collar negro  y cola ahorquillada. Normalmente las podemos ver en el campo, no confundir con los aviones, una especie muy similar que pertenece también a la familia de las golondrinas pero es muy frecuente encontrarla en los núcleos urbanos.



Me llama mucho la atención su manera de construir los nidos, son grandes arquitectos que con sólo barro y ramitas, son capaces de crear una confortable cunita para los polluelos, en los aleros de los tejados, a salvo de depredadores como pueden ser los gatos. Son insecticidas naturales, por lo que tener a estos animales cerca es beneficioso para el ser humano. Si ves un nido de golondrina o de avión no lo destruyas, al menos hasta que no haya terminado la época de cría. Si no te gusta tener nidos de estas aves en tu balcón o en tu tejado, una vez que los polluelos hayan abandonado el nido, puedes modificar el alero de tu tejado para que el año próximo no vuelvan a construir su nido en tu casa, ya buscarán otro lugar más apropiado.


Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.

Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres…
ésas… ¡no volverán!

Fragmento de la Rima LIII
Gustavo Adolfo Bécquer.

viernes, 23 de marzo de 2012

temporada de nacimientos



 

Estos son tres pequeños cachorros de lince ibérico que han nacido recientemente en el Centro de Cría El Acebuche. Son la camada de Aura, una hembra que parió el 21 de marzo en el interior de la paridera pero que durante la noche trasladó a los pequeños linces al exterior, donde permanecen.

La primera de la temporada en dar a luz a su camada fue Boj el pasado 4 de marzo, con otros tres cachorros, uno de los cuales estuvo muy débil y necesitó estar 7 días con cuidados intensivos por parte del personal técnico del centro. Una vez fortalecido el cachorro fué reintroducido con éxito  en su camada.


En los próximos días se esperan nuevos nacimientos, los de la camada de Aliaga entre otras. Seguiré informando, sobre todo a través de la página del blog en facebook y en twitter.

martes, 20 de marzo de 2012

indicadores biológicos


Es curioso hasta dónde ha llegado hoy día la mano del hombre en lo que respecta a la Naturaleza. Es curioso, si cabe, el humor y el optimismo con que nos podemos tomar algunas secuencias de la vida salvaje que ocurren en plena Naturaleza. Hoy día, y a pesar de todo, incluso en el centro de una gran urbe podemos encontrar un trocito de esa Naturaleza que ya hemos empezado a perder hace mucho tiempo. El río Guadalquivir a su paso por Córdoba representa uno de esos ejemplos donde hasta la fauna más agreste y esquiva puede convertirse en urbana.

Existen determinadas especies animales que no están adaptadas a la vida en entornos con unos mínimos de contaminación. Son especies cuya presencia en determinadas zonas delata (al menos teóricamente) la falta o escasez de contaminación en un lugar determinado. A este tipo de animales se les suele añadir en numerosas ocasiones el apelativo de “indicadores biológicos”. A estas alturas es muy difícil encontrarse con uno de estos indicadores biológicos en pleno centro de una gran capital.

Una de las especies animales de las que hablamos es la que está representada por nuestra incansablemente juguetona nutria paleártica (Lutra lutra). Si existe algún animal salvaje en el mundo que tenga la capacidad de desentenderse de sus problemas y a la vez sea capaz de desembocar su conducta en la más lúdica y despreocupada de las actividades de juego, ese animal es nuestra inquieta nutria.

Tanto es así, que este indicador biológico no dudaría en usar una parte del regalo que le hemos hecho al río en forma de contaminación como objeto de juego. Es, no obstante, una paradoja que nunca debería de producirse. A mí, si queréis que os sea sincero, no me hace ni pizca de gracia ver a una nutria jugando con una lata de refresco.

miércoles, 7 de marzo de 2012

que viene el lobo


Sobre todo esto ya se ha escrito mucho, tanto que a muchos les parecerá un tema que ralla ya en la más insoportable y aburrida de las pesadeces de los que queremos hacer algo por la Naturaleza, y aunque no es mi pretensión principal ser repetitivo ni caer en los típicos tópicos que todo ecologista debe intentar subrayar antes de morir, sí que considero el tema de la suficiente importancia como para añadirle una página más de mi cuaderno de campo, para lo cual os recomiendo que os sentéis y analicéis cada una de las siguientes palabras con suma atención, ya que, como se suele decir a menudo, no es el león tan fiero como lo pintan, y creo que cuando la mayor parte de de la gente habla de los lobos (pastores y prensa incluidos), hay tantas cosas que se dicen y no son, y tantas otras que son y no se dicen, que bien merece la pena invertir unos cuantos minutos de nuestras vidas en documentarnos un poco sobre lo que tanto nos gusta criticar.

Desde tiempos ancestrales, siempre hemos sido educados (yo incluido) y hemos educado a nuestros hijos (y ahí ya no entro yo ni entraré) en base a una cultura que desde hace miles de años siempre a procurado mantener a ciertos animales, como por ejemplo los sapos, las serpientes y los lobos, lejos de todo contacto con el ser humano. Estamos, no obstante, ante uno de los seres más perfectos que ha podido crear naturaleza alguna, en todos los sentidos. Tan perfecto es este animal, fíjense ustedes, que ha sabido aprender a evitar al hombre. Es el recuerdo de mil encuentros con el ser humano lo que ha metido en la cabeza de estos seres que no les conviene meterse con nosotros. Puedo afirmar sin equivocarme que si paseamos en solitario por una zona donde habiten lobos en estado salvaje jamás sufriremos su ataque, aunque tengan hambre, durmamos al raso o incluso cojamos a sus crías. No lo digo yo, los datos están ahí. Y quien quiera afirmar lo contrario, tal como dice David Nieto (autoridad en la conducta del Canis lupus signatus), es que no conoce en profundidad ni los fundamentos de la depredación de los cánidos ni otras particularidades etológicas de esta bella especie.

No sabemos cuando hablamos de lobos, por ejemplo, que muchos ataques de lobos a personas fueron realmente protagonizados por perros asilvestrados criados y posteriormente abandonados por el hombre. Así mismo, hace muchos años era habitual enmascarar oscuros crímenes humanos usando a los lobos como supuestos asesinos. Pero aquellos eran otros tiempos.

Los lobos, o mejor dicho, los cánidos, no cazan cuando tienen hambre. Dicho de otra forma, no es el hambre en sí lo que lleva a una manada de lobos a perseguir a un muflón. Digamos que poseen un instinto de depredación que los lleva a dar caza (o intentar dar caza) a todo animal que se encuentran en su camino que sea lo suficientemente grande como para poder compensar y recuperar la energía que se pierde en cazarlos, tengan hambre o no, y enseguida lo explico. No es habitual que una manada de lobos cace a la primera, de hecho lo raro es que tengan éxito en todos sus ataques a posibles presas. Cada vez que pierden un lance, va mermando su interés en seguir cazando, hasta que de alguna manera “sacian” su “apetito cazador”, momento que suele coincidir, estadísticamente hablando, con el lance definitivo, o sea, cuando pierden a la vez su hambre (al poder comer ya por fin la presa cazada) y sus ganas de cazar. Si tienen mucha suerte y sacian su hambre con una presa cazada demasiado pronto, seguirán cazando aún sin hambre, hasta que vean colmado su estímulo de caza. Recordad estas últimas palabras, porque serán de utilidad más adelante.

Se ha podido comprobar, en las zonas donde conviven lobos con ganado doméstico, que si se mantiene a estos cánidos con una relativa abundancia de sus presas naturales, jamás atacarán al ganado, puesto que para ello tienen que entablar más contacto con el hombre que el que quisieran, lo que les obliga a darse media vuelta e intentar depredar sobre otras especies como ciervos, gamos, jabalís o muflones. Pero si el hombre, en su afán de cazador, acaba con estas potenciales presas en las monterías (muy importantes por el contrario para la nutrición del buitre negro y otros necrófagos, ya lo explicaremos otro día), los lobos no van a tener más remedio que buscar su comida a través de la única alternativa que les hemos dejado nosotros mismos: el ganado doméstico.

Para un cazador experimentado como el lobo, las ovejas son presas demasiado débiles, demasiado fáciles. No pueden huir, y además el lobo que entra en un establo siempre se encuentra con demasiadas cabezas de ganado juntas, a menudo formando rebaños de varios centenares de ejemplares. Cuando una manada de lobos alcanza a uno de estos rebaños, se encuentra con que da caza demasiado pronto y sin apenas esfuerzo a una presa demasiado fácil, sin todavía haber colmado su estímulo de caza. Digamos que, aunque estos lobos ya tengan asegurado su alimento, como dijimos anteriormente su instinto lleva a estos animales a seguir cazando, para lo cual no pierden el tiempo. Los lobos saben que el hombre anda cerca del ganado, por eso en cuanto consuman su instinto predatorio comen raudos de donde pueden y abandonan a toda prisa el lugar, dejándolo todo lleno de cadáveres de ovejas.

Pero aunque explicando la base de la depredación de estos cánidos quizá podamos defender la conducta de los lobos desde el punto de vista etológico, sí que es cierto que nunca podremos justificar las consecuencias de este tipo de comportamiento desde la base del interés antropocéntrico que caracteriza a nuestra especie. Mucho antes de que la mano del hombre descompensara el orden trófico que mantenía el equilibrio ecológico que imperaba en todas las latitudes de la Tierra, los lobos podían autoabastecerse suficientemente con sus presas naturales. Desde el momento en que la actividad humana tomó la voz de mando de una Naturaleza que no entendía y empezó a provocar la escasez estas presas, los lobos no tuvieron más remedio que enfrentarse al hombre para poder nutrirse de su ganado doméstico. Ancestralmente, tradicionalmente diría yo, tanto los lobos como la ganadería extensiva de montaña siempre han sido imprescindibles en nuestra Naturaleza por unos motivos o por otros, y lo más curioso de todo es que estos dos elementos siempre han convivido en armonía mientras hemos sabido compatibilizar a ambos en su medio, pero eso es algo que por desgracia ya no sabemos hacer como antes. Estamos ante uno de los principales retos actuales en cuanto a conservación de especies, y si no ponemos todos de nuestra parte nunca llegaremos a recuperar con la Naturaleza esa simbiosis que perdimos con ella hace ya mucho tiempo.

Yo no me he criado en tierra de lobos, no he sido pastor en tierra de lobos, y tampoco me he puesto una corbata en una reunión burocrática con el lobo como tema principal. Al contrario de lo que me puede pasar con otras especies animales, casi todo lo que sé de lobos es porque lo he leído, me ha informado algún entendido en cánidos o lo he consultado en algún documental especializado, por tanto no puedo decir que sea un experto en lobos. Como decía al principio de este texto, sobre todas estas cosas ya se ha escrito mucho, y se seguirá escribiendo. No obstante, creo que las palabras en favor de algo que se nos hace necesario nunca sobran.

Sabias palabras sobre el lobo son las que se encuentran a veces en algunos libros como por ejemplo el titulado “Etología del lobo y del perro”, de David Nieto Maceín, que como dijimos anteriormente es una autoridad lobera y además una persona que aún habiendo trabajado como pastor en tierra de lobos supo amarlos como debía, precisamente porque conocía al lobo tal y como es en realidad, con sus cosas buenas y sus cosas malas. Es un libro que recomiendo a todo aquel que quiera saber algo más sobre la conducta y la conservación del lobo en la Naturaleza (y que conste que nadie me ha pagado para decir esto, jejeje).

No debemos olvidar que los lobos, igual que otros tantos animales, están aquí desde mucho antes que nosotros. Poco a poco hemos ido colonizando sus territorios en pro de nuestros intereses, y es ahora cuando estamos pagando las consecuencias. Es muy importante, si vamos a criticar algo, saber de lo que estamos hablando. No vale la excusa de que “lo tuve que matar por si me atacaba”. El peor enemigo del lobo es la ignorancia.

jueves, 1 de marzo de 2012

Carraca, ave del año 2012

Foto: Coracias garrulus. Wikipedia.

Hoy hemos conocido cual será el Ave del año 2012 para SEO/BirdLife. Se trata de una especie muy llamativa por sus vivos colores y con un nombre bastante sonoro: la carraca
Su nombre se debe al canto tan característico de esta ave y que recuerda al instrumento de percusión bastante ruidoso, que se conoce con el mismo nombre o también como matraca.

En el libro rojo de las aves de España, la carraca está entre el listado de especies vulnerables.

Un año más, SEO nos acerca a los problemas de conservación de una de las aves más bonitas que tenemos. Es fundamental conocer los problemas para poner remedio. En los últimos años se ha reducido muy notablemente la población de esta especie y es muy importante llevar a cabo actuaciones que permitan su recuperación. Como ya he comentado en otras ocasiones, las acciones que se realizan en un determinado territorio para proteger a una especie beneficia a todo el ecosistema. Todas las especies animales y  vegetales potenciales de compartir hábitat con la carraca se verán beneficiados.

El principal problema para su conservación es la pérdida de hábitat naturales, debido a los cambios en el uso del suelo, a las malas prácticas agrícolas, a la utilización de pesticidas, a la electrocución,... en definitiva, y como de costumbre, el ser humano es el responsable.


lunes, 6 de febrero de 2012

el raposo


Hace unos días escribía en este blog sobre el veneno que algunas personas siguen utilizando en el campo y las consecuencias que tuvo sobre la población de águilas imperiales en Castilla-La Mancha. No ha sido el último caso de envenenamiento masivo producido en España, unos días después saltó la noticia de que habían muerto buitres, jabalies y zorros en Castilla y León. Por desgracia seguiremos recibiendo este tipo de noticias, a pesar de la labor que numerosos colectivos e instituciones hacen para erradicar estas prácticas ilegales y dañinas para la fauna ibérica.

Todo este tema me recordó un capítulo de "La aventura de la vida", emitido por Radio Nacional el 21 de mayo de 1974 y presentado por Félix Rodríguez de la Fuente. Una emisión que gracias a internet es posible volver a escuchar, ya que por aquella fecha yo ni siquiera había nacido. En dicho programa, Félix explicaba con total claridad las consecuencias del uso del veneno, especialmente refiriéndose a una de las especies más castigadas a lo largo de la historia: el zorro o raposo, como él lo llamaba.

El raposo ha sido visto desde siempre por la comunidad humana como una alimaña, quizás por su conocida astucia y su adaptación al medio, capaz de alimentarse de gran variedad de especies. Esta visión ha sido reflejada  en numerosos cuentos, películas y series de dibujos animados. Recordad al "malo" de 'La vuelta al mundo de Willy Fog', era un zorro gris; y gran cantidad de fábulas donde el zorro representa al personaje pícaro, el villano, el estafador... y siempre recibe su castigo por ello.
Si consultamos un diccionario de sinónimos, obtendremos como resultado de zorro los siguientes adjetivos: pícaro, taimado, pillo, astuto, desconfiado, rufián, tramposo, vil, malicioso,...

En el programa de radio que os comentaba antes, Félix explica su teoría de por qué el zorro es tan astuto y en relación con el lince ibérico, entendemos un poco mejor por qué el lince es el mejor aliado de los cazadores a la hora gestionar una finca de caza, ya que el lince mantiene a raya las poblaciones de zorro, sin necesidad de usar venenos ni trampas.

Espero que disfrutes del capítulo "Titi, mi primer amigo".



jueves, 2 de febrero de 2012

Humedales, recreación y turismo: una bocanada de aire fresco

Como cada 2 de febrero celebramos el día de los humedales. Este año, el Día Mundial de los Humedales está dedicado al turismo. Los humedales, y en general los espacios naturales reciben en España alrededor de 36 millones de visitantes al año, por lo que hay que tener muy en cuenta los posibles impactos negativos que la afluencia de visitantes puede tener en el ecosistema, especialmente en zonas sensibles como son los humedales.


Según el Convenio Ramsar se consideran humedales: las extensiones de marismas, pantanos y turberas, o superficies cubiertas de aguas, sean éstas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros.   Más información que puede resultar de tu interés sobre este tema:  - Enlace a la campaña de 2012 de Ramsar- Enlace a las actividades organizadas por SEO/BirdLife- Enlace al libro "Los humedales mediterráneos: el contexto ambiental y social" - Las tradicionales tiras cómicas de Ramsar sobre humedales 
 - Vídeo "Humedales españoles". documental conmemorativo del Día Mundial de los Humedales.


- Naturaleza y Medio Ambiente en RNE: Humedales. Referencia al día de los humedales.


domingo, 29 de enero de 2012

la jerarquía del lobo


Creo que no existe afirmación más escasamente estudiada por quien la dice y que haya escuchado en mi vida, con tan poco conocimiento de nuestra propia biología y la de las demás especies animales, y si cabe con tanto y tan exagerado antropocentrismo, que aquella que dice que el ser humano es la única especie animal del mundo que usa el lenguaje para comunicarse. Me voy a atrever a autoinvitarme a llevar la contraria, eso sí, con conocimiento de causa, a toda aquella persona que quiera afirmar tal estupidez, propia sin duda de la más escasa cultura animal que, en consecuencia de lo poco que nos interesan ciertos aspectos de lo más profundo de nuestra esencia salvaje, podíamos tener.
El ser humano, digamos, tiene un lenguaje tan desarrollado para comunicarse con sus semejantes como el que puede tener un lobo, por ejemplo, para hacer lo mismo con otros lobos. Como el que tienen las hormigas para comunicarse con otras hormigas. Como el que tiene un delfín, que se dice que no sabe hablar pero que sin embargo sabe expresarse en lenguaje “cetáceo” como ningún humano lo haría jamás.
Nosotros tampoco sabemos “hablar el idioma” de la mayoría de los animales; por eso, a no ser que nos hayamos hecho con el famoso anillo del rey Salomón, o estudiemos concienzudamente la etología de alguna especie concreta, nunca llegaremos a imaginarnos las grandes capacidades comunicativas que tienen muchos animales para transmitirse entre sí sus intenciones, sus estados anímicos o sus intereses, tanto intra- como interespecíficamente, sin ni siquiera llegar a pronunciar una sola palabra.
La agresividad en los lobos, al igual que entre nuestros queridos perros domésticos, no es una casualidad. No está ahí por azar. Han hecho falta unos cuantos millones de años de evolución para, como ya dije anteriormente en otra de las páginas de mi cuaderno de campo, enseñar a los lobos a no usar sus colmillos para no matar a otros lobos, sino sólo para dar caza a aquellos desgraciados animales que les sirven de para nutrir sus robustos cuerpos de 30 ó 40 kilos de peso.
Creo que en este incierto mundo existen pocos desarrollos conductuales tan simples y complejos a la vez y tan eficaces como el lenguaje en las relaciones jerárquicas de los cánidos, especialmente en el lobo. El lobo, como el hombre, es un ser social. Un ser, al fin y al cabo, obligado de alguna forma a convivir con sus congéneres, a aguantarse los unos a los otros evitando en lo posible esos roces, inevitables eso sí, que de alguna u otra forma pueden llevar, si no existe una coordinación y una “ley” que marque a cada individuo cual es su papel en el clan familiar, a un inevitable enfrentamiento, que de no ser por estos códigos de la conducta y del lenguaje que tienen los lobos y a los que nosotros estamos llamando jerarquía, en el mejor de los casos desembocaría quizá en la muerte de uno de los congéneres que forman parte de la disputa.
Los lobos, como estamos señalando, marcan sus funciones en base a una jerarquía rígida, pero dinámica. Dicho con otras palabras, digamos que en cada manada de lobos siempre existe un “jefe”, que es el que de alguna manera “manda” y dice a los demás lobos qué es lo que tienen que hacer y de qué manera, al que en términos etológicos se le suele llamar individuo “alfa”. Este individuo suele ser un macho, al que le acompaña una hembra también dominante, llamada, de igual modo, hembra alfa. Esta pareja de individuos alfa suele ser la única que puede reproducirse, dentro de las leyes lupinas, en el seno de la manada en cuestión. Por debajo de estos individuos existen otros con menor rango, llamados “beta”. A su vez, por debajo de los lobos beta hay otro rango inferior, y así sucesivamente, hasta llegar a los lobos inferiores y más sumisos, en el último escalón, que se llamarían “omega”.
Las jerarquías de los lobos salvajes no suelen tener variaciones importantes, de forma que un individuo alfa puede permanecer en este puesto durante años. Normalmente los beta y los omega salvajes son cachorros de los mismos alfa de su manada, y si quieren escalar posiciones en su clan suelen limitarse a abandonar el seno del mismo y marcharse a otro lugar para formar una nueva manada. Son relativamente pocos los estudios que se han hecho sobre lobos en estado salvaje, pero cuando se estudia a esta especie en cautividad, que suele ser lo habitual, las cosas cambian mucho. Los lobos cautivos se ven forzados a convivir con sus demás congéneres dentro de un cercado del que jamás pueden salir. A veces los jóvenes quieren “escaparse” para formar una nueva familia y se dan cuenta de que no pueden hacerlo, y es aquí cuando empiezan los problemas. Los cachorros alfa latentes que quieren abandonar la manada para subir escalones jerárquicos de forma rápida no tienen más remedio, en cuanto ven su oportunidad, de retar a sus superiores para poder alcanzar estos puestos. Es por esto que en las manadas cautivas de lobos los alfa no suelen durar más de unos cuantos meses en tales puestos, mientras que en la Naturaleza esta duración suele ser de algunos años.
¿Pero cómo deciden los lobos quién es el líder? Como ya he explicado en otro texto, mediante el más puro y natural de los enfrentamientos físicos, pero eso sí, a través de luchas SIEMPRE ritualizadas, y sobre todo, aunque hay quien no quiere aceptar esta paradoja, mediante luchas pacíficas, lo creáis o no. ¿Y cómo puede una lucha entre dos furiosos lobos que enseñan los colmillos y gruñen ser pacífica? La respuesta es simple: en cuanto uno de los dos lobos se sienta vencido, sólo tendrá que mostrar un gesto de sumisión mediante su complejo lenguaje corporal, sin decir ni una palabra ni tener que huir, lo que pondrá en marcha inmediatamente en el lobo vencedor una de las pautas inhibitorias de conducta más eficaces que ha podido crear nuestro mundo. De esta forma, estos dos llamados feroces animales conseguirán llegar a un acuerdo sin tan siquiera hacerse daño. Y es ahora cuando me acuerdo yo de la famosa Caperucita y el lobo feroz que se comió a la abuelita, al igual que del lobo que pretendía devorar también a los tres famosos cerditos, que a tantos niños han maleducado en materia de medio ambiente; historias, como no podía ser de otra forma, escritas en un antropogenizado lenguaje humano por nuestro querido Homo sapiens, que tantas muertes inútiles ha ocasionado a su propia especie.
Creo que a estas alturas los seres humanos deberíamos aprender mucho de esos seres a los que consideramos alimañas. Tal como decía Konrad Lorenz, considerado el padre de la etología: “¿Qué ocurre con los seres humanos? Ante todo, puedo decirles que hay muchas personas que muestran reacciones extraordinariamente agresivas cuando uno afirma que el hombre es un ser agresivo”.
P.D.: Dedicada a mi abuela Carmen. Ella simplemente ha cumplido con su papel biológico, pero lo que más duele de todo es que uno nunca quiere que una persona cumpla con esa parte del papel de la vida, mas esta es la única ley que no tiene abogado defensor.